¿Qué solicitudes extrañas reciben las trabajadoras sexuales como parte de su trabajo erótico?

Trabajadoras sexuales hablan de las peticiones más raras que recibieron mientras realizaban su trabajo erótico

Existe una gama casi infinita de creatividad y deseos humanos, y las trabajadoras sexuales siempre encuentran fetiches nuevos y sorprendentes mientras realizan su trabajo erótico.

Estas experiencias especiales ahora se cuentan de la manera más honesta.

La novia del chat

“Conocí a este chico una vez en mi vida. Pagó una hora para poder decirme lo que quería de mí durante el chat de sexo.

Me pidió que fingiera que era su novia con la que estaba peleando y luego me dio su número.

"Charlamos" continuamente durante un año, pero nunca nos conocimos en persona.

Le encantaba cuando lo ignoraba durante unos días e incluso disfrutaba cuando era condescendiente o un idiota con él.

Transfería dinero mensualmente por mis servicios eróticos.

Entonces, de repente, me escribió agradeciéndome por todo, diciendo que tenía novia y que me deseaba todo lo mejor. Espero que sea feliz en su relación, o al menos bueno para él.

No estoy seguro de qué puedo desear en ese caso”.

Trabajo adulto inusual: desempeñar el papel de madre

“El hombre trajo a la reunión una vieja camisa de franela y una peluca gris.

Tuve que actuar como si fuera su madre y lo criticaba como el último perdedor mientras se masturbaba.

No me tocó con un solo dedo, sino que este trabajo erótico funcionó a nivel mental".

Los fetiches de los pies también adoptan diversas formas

"Me pidió que saliera a correr con las zapatillas deportivas que traía.

Usé los zapatos durante una semana y cuando se los devolví sucios y sudorosos, pagó felizmente 250 euros por ellos.

Él venía cada dos meses con un par de zapatos nuevos que usé durante una o dos semanas, los pagó y luego se los llevó".

¿Trabajo de detective erótico para adultos?

"El hombre envió algunas fotos de sí mismo desnudo, luego compartió en qué condado vive y cómo es su trabajo.

Me pidió que averiguara su verdadero nombre y luego lo chantajeara con sus fotos desnudo.

Su intención era que una mujer lo pusiera en una posición vulnerable como parte del trabajo sexy.

Desafortunadamente, no pude descubrir su identidad, por lo que no pude cumplir con su solicitud”.

Solicitudes de pañales para trabajo erótico

“El cliente trajo un pañal y me pidió que caminara desnudo con él mientras me chupaba el dedo.

Me preguntó si podía orinar allí por 50 euros más y así lo hice.

Luego dijo que me daría 250 euros si hacía caca en él, pero lamentablemente ya había ido antes al baño debido al trabajo de adulto, así que perdí la oportunidad de recibir este subsidio extra, del cual me arrepiento casi hasta el día de hoy".

Sonarse la nariz

“Me pidió que le enseñara a sonarse la nariz porque era su fetiche.

Mi tarea durante el trabajo erótico era colocar el pañuelo frente a su nariz y luego pedirle que soplara fuertemente.

Le gustó especialmente cuando le pregunté en broma:

¿Qué tan ruidoso es un elefante africano?

Fetiche de trote

"El niño me dijo que creció en una granja y que le gustan mucho los caballos.

Durante el trabajo sexual tenía que galopar y trotar delante de él, a veces incluso relinchar, pero también fielmente, porque sólo entonces estaba satisfecho.

A veces me hacía una carrera de obstáculos con almohadas, sobre la que tenía que saltar sin ropa, como si fuera un caballo".

Fetiche de huesos

Pronto tendremos un fetiche para cada parte del cuerpo y las trabajadoras sexuales podrán crear nichos para un sinfín de actividades sexys.

Un hombre, en particular, se excitaba con los huesos.

"Todo lo que tenía que hacer era acostarme sin ropa y él palpaba todo mi cuerpo para 'sentir mi esqueleto'.

Ni siquiera tocó mi pelvis, los pequeños huesos de mis manos, hombros y dedos de los pies lo excitaron.

Es un fetiche interesante, pero no lo juzgo, era un buen hombre".

Entonces, ¿el modelo anatómico del esqueleto del laboratorio de biología podría ser considerado una especie de trabajadora sexual en su época escolar?

Rigor mortis

"Antes de que viniera, tuve que lavarme con una ducha fría.

Tuve que dejar la puerta abierta y quedarme quieta cuando él entró en la habitación.

Él se excitó por la rigidez y yo tenía que tener cuidado porque si me movía, él inmediatamente disminuía la velocidad y el trabajo sexual se terminaba”.

Incluso arrodillar a un cliente sobre los testículos se considera trabajo para adultos.

"Un caballero pequeño y de mediana edad me pidió que le diera una patada o un rodillazo en la ingle hasta que se corriera.

Después de tres patadas y un rodillazo llegamos a su portería.

Agachándose, con manos temblorosas, colocó sobre la mesa cien euros para el servicio erótico y luego se fue.

Era uno de mis clientes favoritos porque terminaba el trabajo de adulto bastante rápido.

Me llamó una vez cuando estaba de fiesta en una discoteca y me pagaron 150 euros por arrodillarlo un par de veces en un rincón de la discoteca".

Fuente: Bien.